Las Manos de las Madres
30 de abril 1977/2011
Las Manos de las Madres se entrelazaron y se hicieron visibles en la histórica Plaza de Mayo, junto al Monumento de Manuel Belgrano, dibujando la primera Ronda, frente a la sede del poder dictatorial, un 30 de abril de 1977.
Hicieron público el reclamo por sus hijos e hijas secuestrados, torturados, asesinados y desaparecidos.
Frente al silencio, la clandestinidad y la impunidad del Terrorismo de Estado, expusieron su cuerpo herido ante la cruda realidad que vivían y comenzaron a caminar y caminar.
Las Manos de las Madres crearon un espacio político nuevo, específico, una lucha frontal, para encontrar a sus hijos e hijas, una lucha colectiva, un grupo de mujeres por todos sus hijos/as.
Entonces se priorizó el pedido público por el conjunto de los detenidos desaparecidos/as, una protesta pública que rompiera el muro, que abriera una grieta, que comenzara la construcción de una puerta hacia la luz, la verdad y la justicia.
Las Manos de las Madres fueron tejiendo una trama, hilo por hilo, papel por papel, doblez por doblez.
Y así, con artesanía y coraje, decidieron crear un sujeto colectivo más allá de las búsquedas individuales, traspasaron sus propios límites y se unieron con fuerza. Se transformaron en compañeras de lucha. Se organizaron, realizaron acciones públicas en ámbitos públicos nacionales e internacionales.
Intentaron detenerlas, pero no pudieron. El secuestro y la desaparición del Grupo de la Santa Cruz, con las Madres: Azucena Villaflor de de Vincenti, Esther Ballestrino de Careaga y Mari Ponce de Bianco, junto con otros compañeros y compañeras, no las paralizó, al contrario, fue un impulso del dolor hacia la continuación de la búsqueda, con la certeza del camino elegido.
Su accionar es para la sociedad un hecho histórico trascendente, ejemplar y único. Ésa es su victoria moral y política.
Las Manos de las Madres siguen tejiendo el coraje y enseñándolo: nunca más luchar solos. La unión y la organización son el comienzo del tiempo nuevo.
Las Manos de las Madres vuelven a abrazar a sus amados hijos e hijas detenidos desaparecidos/as, en el camino trazado por su honda militancia, en las Marchas, en los Juicios, en las Investigaciones, en la búsqueda de los hijos de sus hijos, sosteniendo la extensa Bandera con todos los rostros de los compañeros/as.
Esas Manos ennoblecidas de tiempo nos acompañan y nos hacen reflexionar en su mensaje, en su enseñanza… Queremos crecer desde ahí con libertad, con lucidez, con impulso de vida.
El Coraje Civil y la Paz en la franqueza de la Palabra, en el compromiso claro, en el reclamo inclaudicable por la Solidaridad, la Memoria, la Verdad y la Justicia.
En las Manos de las Madres entregamos este pequeño regalo de las Grullas, esa antigua leyenda japonesa de las "mil grullas" que consiguen un deseo como recompensa por el esfuerzo y la concentración del artesano.
Simbólicamente ellas, las Madres, tejen y tejen la red de ese sólido vuelo.
Este Móvil repite el gesto liviano del aleteo en el aire con una leyenda que dice: "Señalada por el índice del sol, anda mi Madre para que yo la vea".
Mi Madre, nuestras Madres, las Madres de cada uno de nuestros compañeros y compañeras, las Madres en el alma y las Madres aquí, en este día, otra vez en la Plaza.
Recordamos un hermoso texto del escritor detenido desaparecido Haroldo Conti, del cuento "Mi madre andaba en la Luz", en el que escribe: "(...) mi madre, alta lámpara perpetuamente encendida en mi noche, mi madre" (...)
Gracias Madres, por la generosa fuerza de su vigilia luminosa.
30 de abril de 2011
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